Hace casi un año que Laura marchó a Aberdeen. Encuentro su sonrisa en cada lugar de la casa.
Y su mala ostia también, de la cual me siento muy orgulloso, cómo no estarlo si tu hija te sale con conciencia social.
A los pocos días de machar escribí lo que debería ser el germen de una canción:
Un tren se aleja
La ciudad se desvanece
Engullida por la bruma
De la mañana.
La distancia es el olvido
Mas no para tí.
Siempre tendrás un blues
Para poder recordar
Un poster de Pink Floyd
Pegado en la pared
Un libro abierto
En la mesita
Sin terminar de leer.
Una conversación que nunca acaba
El agua de la ducha por la mañana
El amor de quien observa
La tristeza en tu mirada
Siempre tendrás un blues
Para poder recordar
Un tren atraviesa una lágrima
Inmerso en un túnel de luz
Una carretera sin final
Sin arcén, sin asfaltar
Un camino por andar
Y tus botas de caminar.
10 comentarios:
Como echamos de menos a los "niños" cuando se van (gracias a dios). Muy lindo el poema, hay que hacer ya ese blues.
Gracias a dios que se van ¿no?
Mi heredero, cuando se va me dice: "Ya me voy, cuanto me echas de menos pero CUANTO ME ECHAS DE MAS". Pues eso.
Pues Guillermo se va para Barcelona, así que tendremos el síndrome del nido vacío.
Terminas acostumbrándote, los echas de menos, pero te acostumbras.
Soledad...tesoooro...
Soledad...tesoooro...
Jo, me emocionaste!!!
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